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del siglo pasado decía que en México Apeles y Vitruvio habían tenido siempre mejores discípulos que Fidias.63

Couto

Y tenía razón porque la historia de nuestra escuela de escultura habrá que tomarla desde Tolsá y para adelante. En lo de atrás nada hay notable, si no es acaso algún trabajo de talla, como la hermosa sillería del coro de San Agustín. Pero respecto de la arquitectura no sucede lo mismo. Comenzando por las casas de habitación, en México se ha edificado en los tiempos pasados si no con exquisita elegancia, sí con solidez, con holgura y aun con cierta grandiosidad; las que poseía la familia del conde de San Mateo Valparaíso en las calles del Puente del Espíritu Santo y primera de San Francisco, hoy Hotel de Iturbide, construidas (al menos aquella) por el maestro veedor don Francisco Guerrero y Torres, después de mediados del siglo pasado; la del conde del Valle y la del marqués de Guardiola en la plazuela del mismo convento; la de los herederos de Hernán Cortés, en el Empedradillo, que sirve actualmente de Montepío; la del conde de la Cortina en Tacubaya, y otras muchas en la ciudad, son moradas dignas de magnates y señores principales. Respecto de edificios públicos, la Aduana, la Casa de Moneda, la antigua Inquisicion, hoy Colegio de Medicina, el de San Ildefonso, el de las Vizcaínas, la Enseñanza de Niñas, el convento de la Encarnación, el Hospital de Terceros, pertenecen al género de la grande edificación, y muestran haber sido trazados y hechos por arquitectos de ciencia. El

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2024 Diálogo sobre la historia de la pintura en México. D.R. © UNAM-IIE. Licencia de uso
2024 Diálogo sobre la historia de la pintura en México. HD LAB ISSN 1668-0001. CC BY 4.0