página 73

también teniente de director. Pintó mucho en su vida, que debió ser larga, y sus cuadros de san Luis Gonzaga eran muy apreciados de nuestros padres. Ciertas incorrecciones de dibujo y una especie de atonía que creía yo observar en sus obras me hacían tenerlo en menos, hasta que, en la sala de juntas de la archicofradía del Santísimo en Catedral, vi los dos grandes lienzos que allí ha dejado; el uno, de la última Cena del Señor, y el otro del triunfo de la fe. En ellos aprendí a conocer lo que valía Alcíbar, pues son dos obras de importancia y de singular belleza, en especial la Cena. Es de notarse que debió pintarlas siendo ya muy viejo, pues tienen fecha de 1799, es decir, cerca de 50 años después de cuando acompañaba a Cabrera a estudiar y copiar la Virgen de Guadalupe; y sin embargo, no hay allí muestras de debilidad senil. Poco antes, en carta que escribía al doctor Conde, procuraba defender contra los tiros de Bartolache la memoria de aquel su amigo.59 En breve debió él mismo bajar al sepulcro.

Pesado

Dices que con Alcíbar se cierra el catálogo de nuestros antiguos pintores. Pero algunos años antes se había fundado esta Academia, dotándola el soberano, y enviando de España maestros y modelos que aquí no eran conocidos, como la hermosa colección de yesos que está abajo, en las galerías de escultura. Muy lejos, pues, de que debiera entonces acabar el arte fue de esperarse que tuviera buenas creces y floreciera como nunca.

Mantenido por mtravelo

    

2024 Diálogo sobre la historia de la pintura en México. D.R. © UNAM-IIE. Licencia de uso
2024 Diálogo sobre la historia de la pintura en México. HD LAB ISSN 1668-0001. CC BY 4.0