de Europa, de África y de las islas las semillas, las plantas, los animales que faltaban, con estos auxilios la nueva agricultura solicitaba y explotaba la feracidad de nuestra tierra. Se habían enseñado al pueblo las artes de la vida civil y establecídose con regularidad el comercio de Europa por Veracruz y el de la China por los puertos del Pacífico. Nuestras grandes poblaciones, Oaxaca, Mérida, Campeche, Veracruz, Puebla, Querétaro, , Guadalajara, Culiacán, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, el Saltillo, deben su primer origen a ese periodo durante el cual se las sacó de planta y llegaron ya algunas a bastante altura. La minería, bajo cuya sombra se creó todo entre nosotros, no sólo estaba plantificada, sino que había adquirido gran desarrollo en una zona tan extensa como la que corre desde Culiacán hasta Taxco y Pachuca, que fue donde inventó en 1557 el beneficio de metales por azogue en grandes patios, invento de inmensas consecuencias en el arte minero y que hoy mismo no es todavía reemplazado por otro mejor. La capital se había renovado en su mayor parte y era ya la primera ciudad del Nuevo Mundo, emporio del tráfico que por ambos mares se hacia, centro de los negocios, foco de ilustración y de ciencia para todo el país. Existía en ella la Universidad, primera escuela de enseñanza general en el reino, dirigida por maestros tan hábiles como en las humanidades y el padre en ciencias sagradas. Había además otros tres colegios para la juventud estudiosa. La imprenta, de la que México fue cuna en las Américas, trabajaba desde 1536 y para fin del siglo había habido siete u ocho impresores, de los cuales nos quedan cerca de cien ediciones