Bartolomé de Mesa a pintar la sala capitular; que diez años después, el día 2 de octubre, cuando se ajustaban apenas dos años de llegó a en compañía de algunas familias españolas, y se puso bajo los auspicios de a quien siguió en su expedición de ; que pintó cuadros para la iglesia que los franciscanos fundaron en Tehuantepec, para otros muchos templos y para la casa del conquistador; que retrató a éste en 1538, a doña en Coatzacoalcos, al padre fray , al primer virrey don Antonio de Mendoza y a Alvar Núñez de Guzmán. Estos dos últimos retratos dice que eran de cuerpo entero y que los poseyó , según una de las partidas del inventario que se formó de los objetos que le quitaron. Añade que acaso la mejor pintura de Cifuentes es una que representa el bautismo de Magiscatzin donde están retratados éste y doña Marina, y que ese cuadro se salvó del incendio en que perecieron muchos otros en la casa de los marqueses del Valle el año 1652, por haberlo antes regalado Cortés a los padres de San Francisco de Tlaxcala, en cuyo convento asegura que está. Dice, por último, que el artista era disipado y que perdía en el juego cuanto ganaba con sus pinceles.5
¿De dónde tomaría nuestro amigo tan curiosas noticias?
Dos ocasiones se lo pregunté: la primera me señaló como fuentes el archivo de la Casa de Contratación de Sevilla, si bien a mí me pareció cosa extraña que en
