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devocionario, El alma en el templo, arreglado y dado a luz por el señor Carcía Icazbalceta.

Acaso su obra más acabada —la última en que puso mano— fue su bello y erudito Diálogo sobre la historia de la pintura en México, que dejó inédito, pues acabó de corregirlo tres días antes de su muerte. Trabajó en él con singular esmero y solía decir que de todos sus escritos era el que más le satisfacía, sin duda porque en esas hermosas páginas, modelo de buen decir y de serena y tersa corrección, había puesto el reflejo de sus aficiones artísticas y el fruto de sus estudios en una materia que siempre le cautivó y a la cual dedicó preferente atención hasta los últimos años de su vida.

VI

En efecto, esa predilección a las bellas artes, que arraigó en el señor Couto, llevole a prestar utilísimos servicios a la cultura nacional en ese importante ramo. Y los consideramos de tal calidad e importancia, que bien merecen una página especial en esta noticia.

Fue nuestro don Bernardo, con don Honorato Riaño, principal colaborador de don Javier Echeverría en la meritísima empresa acometida por éste, de restaurar la Academia de Nobles Artes de San Carlos, que