aquí se iban formando eran muy extremados oficiales, sino que según se le significaba, a su juicio, ni aquel tan nombrado pintor como fue el muy antiguo , ni los de su tiempo, que se decían Berruguete y Micael Ángelo, ni otro moderno, natural de Burgos, que se decía que era otro Apeles y tenía gran fama, harían con sus muy sutiles pinceles las obras que ejecutaban tres indios mexicanos, grandes maestros del oficio, llamados Andrés de Aquino, Juan de la Cruz y el Crespillo.20 Éstos son los primeros nombres propios que conocemos de artistas nacionales. Muy posible es que si en Europa se hubiesen visto sus obras, los pintores y aficionados no hubieran juzgado como el amable y valiente historiógrafo de la conquista, el cual probablemente era persona más entendida en pasos de armas que en negocio de bellas artes. Sin embargo, por mucho que se cercene de su juicio, así como del de los misioneros, pienso que queda siempre lo bastante para que creamos que algunos de nuestros paisanos eran, a lo menos, regulares copistas.
Pero todavía eso no es el arte, es apenas el principio de su aprendizaje.
Mas antes de acabar el siglo XVI se había ya aquí salido de la estrechez de la copia y empezádose a practicar la pintura en su propia extension. Ustedes me preguntaban antes si queda noticia del primer maestro