página 63

A pesar de ser ellos quienes hacen renacer la escuela, reconocen sin humildad la novedad de lo que aportan, incluso aludiendo a una cadena rota por aquella edad media, asi se apunta: «Mas a la llegada del señor Clavé y demás profesores venidos de Europa, la cadena tradicional, rota y después de medio siglo, no pudo continuar, y el arte hubo de plantearse casi tan de nuevo, como en el siglo XVI». Acción planteada por todo renacimiento, pues no se sentía heredero de lo inmediatamente anterior.

La otra necesidad que se imponía era el mecenazgo religioso (el cual evitaría el hundimiento del arte en la casa de los mecenas privados), mismo que ellos sabían impensable por el momento; pero si bien este mecenazgo no existía, estaba la temática religiosa que los llevaría al gran público. Clavé implantó esta temática siguiendo a uno de sus maestros: «jamás olvidaré, entre ellos, el insigne y venerable Overbeck, uno de los creadores de la actual escuela alemana y quizá el primero que comenzó la reacción contra las profanidades del Renacimiento»,⁸² quien desde luego proponía la temática religiosa como única salida del arte.

Como prueba de que la antigua escuela mexicana, en lo que concierne al espíritu religioso, estaba ligada a la nueva, en el Diálogo al referirse a la Oración en el huerto de Echave se decíaa: «confieso a usted que no he encontrado en México figura más resignada, más celestial que la del Salvador orando, creo que el mismo Overbeck con gusto la prohijaría como suya». Clavé veía en el pasado lo que su maestro quería ver en el futuro y así las dos escuelas quedaban encadenadas.

Al asegurar Couto que uno de los motivos para acercarse a los temas religiosos era conseguir el aplauso y aprobación del público y observar que esto ya no ocurre ni podría ocurrir, propone una salida sorprendente: revivir la pintura mural, idea que también venía de la influencia «nazarena». Que Couto, con un sentido práctico extremo, lo proponga en 1862 como única vía para la salvación de la nueva escuela nacional, no deja de sorprender por lo profético; también fundamenta en forma por demás moderna su alegato:

Hay sin embargo, un género en que acaso podrán todavía emplearse y que hace poco mencionábamos: la pintura mural. Es probable que en lo venidero se manden hacer pocos cuadros al óleo; pero quizá se introduzca el uso de decorar con esotra, los templos, los edificios públicos, los salones