estaba esencialmente basada en este tipo de descripciones, siguiendo así la tradición que a partir de Diderot se desarrolló mediante sus famosos Salones, al describir las exposiciones de la Academia Francesa. Aquí en México y durante el siglo XIX se distinguió en particular, entre otros, Rafael Rafael, quien anualmente, al salir la nueva edición de la exposición de la Academia de San Carlos, hacía largas reseñas en las que en su mayor parte describía los cuadros detallando actitudes, afectos y sentimientos, etcétera; es decir, la descripción emocional y moral de un cuadro.
Es interesante observar que los cuadros del siglo XIX provenían en su mayor parte de descripciones literarias a las cuales el pintor trataba de apegarse, y que cuando el crítico escribía sobre las pinturas, éstas regresaban de nuevo a un texto literario. Couto desde luego no procede en esta forma pues su función no era reseñar una exposición temporal, sino historiar una galería, por lo que sólo señala el desarrollo del contenido del cuadro por medio de algunos gestos y actitudes. Asimismo, este apoyo de la temática moral y especialmente religiosa va conformando un pensamiento en el cual la temática de carácter religioso llega a convertirse en una de las características de la escuela mexicana, o más bien de las escuelas mexicanas, pasada y presente; es el fundamento de su existencia, puente de unión entre la antigua y la moderna, entendiendo esta última como la contemporánea a Couto y que Clavé dirigía. Quizá se hacía el reconocimiento de la antigua como fundamento y antecedente glorioso de la que se gestaba por aquellos días. Tal vez el tema religioso era el único lazo de unión entre las dos épocas y las dos escuelas, ambas tomadas como nacionales. Recordemos también que no sólo Couto sino buena parte de la junta de gobierno de la Academia estaba formada por conservadores, quienes dentro de su ideario político consideraban la religión como elemento primordial en la formación de una nación.
Respecto a la idea para la formación de una escuela debemos aclarar que en la época en que vivió Couto definir las escuelas nacionales era una de las tareas esenciales de cualquier erudito; los ejemplos abundaban, sobre todo en un mundo de romanticismos nacionalistas. Las influencias más concretas las podemos también rastrear por los libros que leía Couto. Entre ellos estaba Storia pittorica della Italia, del abad Luigi Lanzi (1732-1810),77 quien había procedido en cierta forma igual que Couto, recogiendo notas y apuntes de viajes, verificando a través de la comparación de obras y·convirtiendo todos éstos en juicios críticos, en los que se destacaban componentes formales de los estilos individuales para de ahí pasar a los colectivos,
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2025 Diálogo sobre la historia de la pintura en México. HD LAB Biblioteca digital. ISSN 3072-7715. CC BY 4.0
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