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En este riquísimo enunciado los ténninos composición, rima, plenitud o naturaleza (como modelo), y aun la contención en el ornato o la critica a la monotonía, etcétera, pueden con mayor·o menor dificultad traducirse a los de ritmo, regularidad, proporción, etcétera; es decir, son cuestiones de forma que hallan su equivalente en la pintura, aunque es evidente que las cuestiones de contenido ocupaban un plano más elevado y fonnaban parte importantísima del estilo de la escuela mexicana, sea la poética o la pictórica.

Los temas de la historia, ya sea sagrada o profana, y la representación de sentimientos y pasiones, siempre con una finalidad educativa, eran el aspecto central de esta poética de realización o de reconocimiento de una obra de arte propuesta por Couto; por esto decía de sus dos amigos poetas, Carpio y Pesado: «La sociedad y la religión les deben el que sus hennosos versos hayan servido de vehículo para que se propaguen pensamientos elevados y afectos puros».76 Con esto se explica la preferencia por los temas religiosos en el arte decimonónico mexicano que se producía en la Academia de San Carlos, a cuya junta de gobierno pertenecían los dos poetas amigos de Couto. También seguramente, esta preferencia por el arte religioso los llevó a reconocer una escuela mexicana «antigua» que ya tenía esta temática central.

Si bien Couto no insiste en la elección del tema religioso, quizá porque resultaba obvio, esto aparece implícito en la cantidad de descripciones de gestos, actitudes, etcétera, que destaca, lo cual recuerda que tras estos gestos se encontraban elevados sentimientos, casi todos de corte moral o religioso, que así se comunicaban al espectador, y que su correcta traducción y ejecución distinguía a quienes poseían el sentimiento de la belleza y, por lo tanto, al artista.

Como ejemplo de esta descripción de gestualismo y su calificación, es muy clara la del Martirio de san Ponciano, pintura comprada por don Bernardo para las galerías, de la cual se dice: «El torso del cuerpo del mártir, aunque en actitud violenta, y éste del sayón (otro personaje) que figura en primer tétmino con una tea en la mano, están modelados con pericia; pero noten ustedes aquella cara que asoma abajo, cerca del ángulo derecho del cuadro, es un soldado que conversa con el que está vuelto de espaldas. Señores, la mano que pintó esa cara, de tanta verdad y tanto carácter, era una mano maestra». También con la virtuosa descripción de sentimientos, y no sólo con la pericia formal, iba implícita la valoración de la obra y del autor.

Recordemos que Couto no sólo hacía este tipo de descripción, llamémosla gestual; en realidad buena parte de la crítica de arte de aquella época

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2025 Diálogo sobre la historia de la pintura en México. HD LAB Biblioteca digital. ISSN 3072-7715. CC BY 4.0

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