un pueblo y una época. Winckelmann creía necesario reunir las obras para su confrontación, incluso no sólo materialmente sino por medio de la imaginación. Ambas cosas las realiza Couto, ya que reunió las obras, habló de estilos y aludió a multitud de obras que no se encontraban en la galería pero que creyó necesario traer a colación, convirtiendo así al país entero en un «museo imaginario», como llamaría muchos años después André Malraux a esta forma de hacer un museo y una historia del arte. Sus apuntes sobre su visita a Texcoco o a Puebla, además de sus reclamos a la memoria dentro del mismo Diálogo, así lo atestiguan; era la nueva metodología no sólo para crear una galería sino una historia del arte.
Estas ideas se habían esparcido en el siglo XIX y provenían, entre otras, de la lectura del sabio alemán, que constantemente alude a esta necesidad de comparación formal de las obras y la recolección de datos, apuntes y notas de todo lo que a su paso encuentra. Así, en Historia del arte en la Antigüedad Winckelmann dice, como hubiera podido decir Couto:
cuando me imagino que están ante mis ojos la infinidad de obras que el tiempo ha respetado. Sin esta perspectiva de conjunto, sin esta reunión de las obras de arte ante un único punto de vista, no es posible pretender una justa apreciación. Y cuando nuestra imaginación y nuestro juicio tengan congregadas ante ·Ia vista todas las obras, y las ordenen en un espacio determinado, como lo estaban, por ejemplo, los más preciosos monumentos de la Antigüedad de la Élida, entonces el espíritu parece recrearse paseándose entre ellas.72
Couto había reunido gran cantidad de datos sobre la pintura y los pintores novohispanos y, sin embargo, siguiendo las premisas de la nueva historia del arte, no había caído en la anécdota o en la exaltación biográfica. No podemos descartar que esta posición no sólo fuera hija de la modernidad sino también de la ausencia de más datos que hubieran dado pie a historias «noveladas». Quizá Couto era el primero en México en reunir tal cantidad de información, sobre todo de referencias a pinturas que él mismo había observado; esta información tenía la intención de crear una visión de conjunto. Aunque otros contemporáneos suyos habían recogido datos y documentos, y aun inventado personajes, como señala agudamente Couto refiriéndose al conde de la Cortina, tal vez él era el único que tenía una clara conciencia de utilizar estos datos para crear una moderna historia de la pintura.
Uno de los rasgos más significativos del texto es la insistencia de Couto en señalar y describir los valores formales de cada obra (véase como ejemplo
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2025 Diálogo sobre la historia de la pintura en México. HD LAB Biblioteca digital. ISSN 3072-7715. CC BY 4.0
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