externo, esto es, su sensibilidad no corresponde siempre con exactitud a la sensibilidad externa porque la acción del sentido externo es mecánica, mientras la acción del sentido interno es intelectual.70
Podernos deducir que Couto al señalar que es necesario tener dispuesto el «sentido de la belleza» se refiere al «sentido interno» winckelmanniano, esa imagen interna que se forma después de percibir la belleza y que coincide con la idea de perfección, pues como dice Mengs: «luego que los ojos ven un objeto muy hermoso el alma se conmueve, y desea unirse a él».71
Desgraciadamente, ni Pesado ni Couto abundan sobre esto y no queda claro si este sentido de la belleza lo consideran una especie de potencia del alma, o tiene el exacto sentido que le da Winckelmann. Lo que sí queda claro es que para Couto este sentido ha sido' dado a pocos. Ahora bien, si únicamente dos pueblos han poseído este «gusto» por la belleza, sólo ellos estarán calificados para vertirlo en sus producciones. ¿Entonces cómo se justificaría llamar arte a la producción de otros pueblos? La respuesta la da CoUto de manera indirecta a través de Clavé, quien al oír decir que los primeros modelos del arte en tierras mexicanas vinieron de España, pone en duda esto, no por la exactitud en cuanto a la procedencia, sino por la calidad artística de estos modelos. Añade que seguramente las obras españolas no serían importantes (no serían arte), pues apenas por esa época empezó a «introducirse el arte que ha prevalecido en los últimos tres siglos», y agrega que estos «destellos», como él los llama, venían de Italia; además, cuando «creció luego aquella luz» se formó la «esclarecida escuela española […] de la cual procede y es una rama ésta de México».
Clavé sólo concede el rango de arte al español cuando éste es influido por Italia. Casi podríamos pensar en una especie de difusionismo en el cual se transporta la simiente del «sentido de la belleza», condición necesaria para la presencia del arte en cualquier parte del globo. Así, es hasta ese momento que se dieron las condiciones para que el arte mexicano, vía España, recibiera este sentimiento de belleza, heredado de los italianos, y sólo así pudo ser arte el mexicano y formar escuela.
Antes de pasar al problema de las escuelas debemos detenemos en otras influencias que de Winckelmann recibió Couto. Winckelmann ha sido llamado el padre de la historia del arte por varias razones; entre otras, porque fue el primero que de manera consciente se separó de las biografias de los artistas como método para entender el arte, para hablar a su vez de una historia en la que a través del contacto y descripción directa de la obra se deducía un estilo, no sólo particular en cada autor, sino también de todo
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2025 Diálogo sobre la historia de la pintura en México. HD LAB Biblioteca digital. ISSN 3072-7715. CC BY 4.0
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