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periódico que defendió los valores católicos aunque mantenía una posición clara e independiente frente a la autoridad eclesiástica. En este periódico fue donde Couto publicó su Discurso sobre la constitución de la Iglesia. José Joaquín Pesado fue un pintor aficionado, se dice que no malo, y quizá ésta sea una de las causas para ser incluido en el Diálogo.

La función desempeñada por Pesado dentro del diálogo es la de poeta, con lo cual se subraya la afinidad natural entre la poesía y la pintura, aunque no esté en su ánimo definirlas, y porque Couto necesitaba de la presencia indirecta de la que por tradición ha sido el parangón ideal con la pintura, la poesía. Couto incluye a un poeta no sólo por la entrañable amistad que lo une a Pesado, sino porque reconoce la posibilidad de entender a la pintura desde otro punto de vista. Extendiendo a su Diálogo la comprensión del mote horaciano de Ut pictura poesis, Pesado exclama sobre Cristóbal de Villalpando «me ha parecido que este autor concebía como poeta».

Por otra parte, el romanticismo decimonónico reconocía en la figura del poeta al traductor por excelencia de lo que «decía» la pintura. Pesado, siguiendo una tradición centenaria, subraya los estados de ánimo presentes en la pintura, recita a otros poetas, administra la fama, etcétera. Su presencia en este sentido se vuelve significativa cuando al discutir, aunque de forma negativa, el arte indígena dice: «No me descontenta esa doctrina. Donde se pinta para escribir y donde es artista todo escritor…». Es decir se asume, aunque sea indirectamente y de pasada, la afinidad entre escribir y pintar.

La participación de Pesado es particularmente destacada en la primera parte del diálogo, cuando se habla sobre cuestiones teóricas y de comprensión del significado del arte. En la segunda parte, cuando el diálogo se hace más técnico y específico, el puesto de teórico es ocupado por Pelegrín Clavé. Este pintor catalán fue director del ramo de pintura en la Academia de San Carlos; había llegado a México en 1847 contratado dentro de los planes de renovación. Formó a casi todos los pintores de la segunda mitad del siglo XIX mexicano y creó una verdadera escuela (la segunda escuela de arte religioso de estas tierras, si consideramos la colonial como la primera).57 Regresó a Europa en 1868. Clavé no sólo representa la voz técnica y al verdadero conocedor, sino también al ojo externo. Su calidad de extranjero le da la posibilidad de opinar desde afuera, de atemperar los entusiasmos de los mexicanos, pero también de subrayar las virtudes de la pintura mexicana, ya que él conoce bien la europea. Esta aportación se

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2025 Diálogo sobre la historia de la pintura en México. HD LAB Biblioteca digital. ISSN 3072-7715. CC BY 4.0

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