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pues el término final a donde siempre llega, es al escepticismo teórico, es decir, al suicidio de la inteligencia».56

La elección del diálogo también pudiera responder a que realizado a tres voces se convierte en una summa, y esto debía gustar al Couto legislador, por la posibilidad de establecer relaciones dialécticas entre los contendientes. Las tres voces (Couto, Clavé y Pesado) fueron complementándose y su escalonamiento permitió que la información procediera gradualmente y, por lo tanto, se convirtiera en lo que muchos diálogos persiguen: ser una pieza didáctica; además, en este caso, se convirtió en una visita guiada a las galerías de pinturas.

A pesar de que las tres voces, en estricto sentido, no procedieran siempre dialécticamente, su participación dotó al diálogo de lo que toda summa debe tener: totalidad, orden entre las partes y suficiente interrelación para que éstas no queden aisladas.

El plan general de la obra sigue el orden trinitario; se compone de una introducción ella que se establecen límites y supuestos básicos parajuzgar el texto. En esta pequeña sección se pueden percibir algunos principios teóricos que Couto no pretendía explicar o ahondar, puesto que su obra quiere ser una historia no un tratado, o porque consideraba que estos principios eran de conocimiento general. La segunda parte está compuesta por la revisión de la obra expuesta en la galería; se realiza aquí una verdadera crítica del arte; en la última parte —una conclusión— se recoge lo esencial del diálogo y se agregan algunos comentariás sobre escultura y arquitectura para así completar el panorama general con algunos detalles de las otras artes «hermanas».

Si en el Diálogo de Couto existe una posición dialéctica, esto parece darse más por lo que representa cada uno de los personajes que por el orden y sentido de sus intervenciones. Las tres voces que participan en el diálogo son: el mismo Couto, quien hace la función del historiador, lleva la voz cantante y en la mayor parte de los casos es el encargado de proporcionar los datos relevantes; los otros dos personajes —esencialmente comentaristas de lo dicho por él— son el poeta José Joaquín Pesado y el pintor Pelegrín ·Clavé; el primero es primo de Couto, además de estar como él íntimamente ligado al estado de Veracruz, en donde fue diputado en el Congreso local. Pesado -como don Bernardo- participó en la política de su época, militó un tiempo en el partido liberal y más tarde pasó a engrosar las filas del partido conservador. En 1834 y 1838 fue ministro del Interior y de Relaciones Exteriores, respectivamente; dirigió y escribió en muchos órganos periodísticos. Destacó como director de La Cruz,

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2025 Diálogo sobre la historia de la pintura en México. HD LAB Biblioteca digital. ISSN 3072-7715. CC BY 4.0

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