parlamentarias destacan personajes como Mariano Riva Palacio, Manuel de la Peña y Peña, Luis Gonzaga Cuevas, Luis de la Rosa y José Joaquín Herrera. Los tiempos que corrían eran de turbación por los cambios, encuentros y desencuentros que se daban en el farragoso camino de forjar una nación.
Durante su primera época de participación política militó dentro del Partido Liberal moderado y más tarde fue miembro destacado del Partido Conservador. La transformación de las ideas y el cambio de partido no sólo se dieron en don Bernardo, lo mismo sucedió con muchos de sus contemporáneos. Cuando Roa Bárcena escribió la biografía de José Joaquín Pesado, tan cercano a Couto, supo describir a la perfección el estado de las cosas en ese momento; así al referirse al cambio de posición política de Pesado dice:
Y ciertamente que los sucesos públicos acaecidos de una a otra fecha eran muy a propósito para abrir los ojos a cuantos, llevados del entusiasmo reinante en los primeros años de Independencia y arrebatados de la funesta corriente de los partidos, quizá con la mejor fe y la más sana intención, empujaron al país por un camino que tanto distaba del recto y conveniente; habiendo sido necesario que la desgracia bajo sus más desconsoladoras formas viniera hacer patente el engaño. ¿Cuántos hombres notables acompañaron a nuestro personaje en la modificación de muchas de sus opiniones?…15
Desde luego que entre ellos se encontraba Couto.
Roa Bárcena, fecundo escritor, también contemporáneo y también conservador, describe más adelante lo que él llama el «triste diagnóstico del desengaño y del abatimiento» que sufrían sus contemporáneos en aquel momento, sobre todo si recordamos las constantes asonadas militares y el intervencionismo francés, diciendo:
Se había operado juntamente con el cambio en las formas de gobierno, una revolución en las ideas acerca de la índole, de los recursos y del porvenir de nuestra sociedad, que vista con el lente del entusiasmo apareció a nuestros primeros políticos con todas las dotes de perfección imaginables, llamada a ocupar altísimo puesto en el senado de los pueblos; mientras que ahora, a los ojos de los desengañados, México era un país despoblado, heterogéneo en sus razas, pobre en sus recursos, atrasadísimo en su civilización y amagado de todas partes por el extranjero.16

