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de cota y con una faja azul que baja del hombro a la espalda. Y paréceme que en efecto hay semejanza entre la tal figura y aquel retrato suyo de medio cuerpo, con casaca azul, que hace tiempo posee la Academia.

Clavé

Para conocer el mérito de ese pintor, es necesario ver en la iglesia de San Agustín, en la puerta del costado, los dos grandes cuadros que allí dejó y serán perenne monumento de su gloria. El uno es un san Cristóbal colosal, trazado con vigor e inteligencia; el otro representa una visión de santa Gertrudis, que está arrodillada en la parte inferior, contemplando a san Agustín que aparece arriba en gloria. Tal vez hasta su tiempo no se había hecho en México pintura que le sacara ventaja. Sin meterme en las comparaciones que hace Beltrami, sin decir que en Rodríguez Juárez hay mucho de Caracci, y que acaso le excede en el colorido y el dibujo, sí creo que el nombre del primero no acabará mientras su cuadro de santa Gertrudis exista. En los ángulos del corredor alto de San Francisco, hay otras obras suyas, del año de 1702, y entre ellas una del juicio de san Lorenzo, en la cual llama la atención no menos la noble figura del santo diácono que el grupo de mendigos que lo acompañan. También se distinguió en el retrato, como su hermano Nicolás. En el convento del Carmen hay uno del virrey duque de Linares, de cuerpo entero, ejecutado por él, de bastante mérito. Sospecho que son también de su mano algunos otros que allí he visto, como el del marqués de Altamira, notable por el carácter y la verdad del rostro.

Mantenido por mtravelo

    

2024 Diálogo sobre la historia de la pintura en México. D.R. © UNAM-IIE. Licencia de uso
2024 Diálogo sobre la historia de la pintura en México. HD LAB ISSN 1668-0001. CC BY 4.0