Parece ser que estuvo limitada a la simple copia de los cuadros y esculturas que por entonces se traían de España, Italia y Flandes. El estudio del modelo natural y sobre todo la composición original, que es el ápice del arte, no es verosímil que entrasen en los primeros ensayos que aquí se hicieron, y que seguirían la ley a que se sujetan los principios de todas las cosas humanas. Sin embargo, aprovechando la facilidad de imitar que, a falta de talento de invención, es común en las razas indígenas, haciéndoles notar las incorrecciones de dibujo en que antes caían, y ministrándoles los instrumentos y los procederes del arte europeo, se logró a poco que muchos de ellos adquirieran soltura y acierto en la copia, y empezaron a cubrir con sus obras la necesidad que había de cuadros y estatuas, ya por la multitud de templos que en todas partes se levantaban, ya por el método de catequizaron que con los indios se usó.
Bien veo a que aludes en lo último que acabas de decir. Una parte de la enseñanza, especialmente en lo que mira a la historia sagrada, se les dio presentándoles los hechos en pintura que un predicador explicaba desde el púlpito, señalando los personajes con una vara, como se ve en la estampa que sirve de portada a la obra de Torquemada. También se les hacían representar dramáticamente los sucesos, ya por medio de hombres vivos, ya con santos de talla, de lo cual quedan vestigios en las funciones de la Semana Mayor que se hacen en los pueblos. Casi todos los misterios cristianos se les enseñaron de esta manera, pues no se encontró otra más