sobresalientes dotes que adornaban a aquél, avaloradas por esa prudencia y buen sentido que desde muy joven lo caracterizaron, puso en él su confianza para encomendarle dicho trabajo y firmarlo cuando estuvo concluido.
Dos años después dio una nueva prueba de la precocidad de sus talentos, escribiendo una disertación sobre materia escabrosa y difícil, la cual obtuvo el premio en el concurso que al efecto se abrió, y que calzó con la firma de «Norberto Pérez y Cudao», anagrama en parte de Bernardo Couto y Pérez.
El autor, en una carta que publicó treinta y dos años después, hizo la historia de esa disertación, con motivo de algunas censuras de que fue objeto y a las cuales asintió de buen grado.
Copiamos en seguida ese notable documento, por la importancia que tiene en el desarrollo y cambio de las ideas de Couto, y porque él revela además la buena fe con que las profesó, ofreciéndonos un ejemplo raro de abdicación voluntaria, pública y completa de los errores en que se suele incurrir en la juventud.
La carta tiene fecha 12 de enero de 1858 y fue dirigida a los redactores de La Cruz.* Dice así:
Mantenido por mtravelo
2025 Diálogo sobre la historia de la pintura en México. HD LAB Biblioteca digital. ISSN 3072-7715. CC BY 4.0
2025 Diálogo sobre la historia de la pintura en México. D.R. © 2025 UNAM-Instituto de Investigaciones Estéticas. Al usar este sitio está aceptando los términos y condiciones expresados en la Licencia de Uso, y se obliga a respetarlos. Por favor lea los términos de ésta con detenimiento. Conozca nuestro Aviso de Privacidad

